jueves, mayo 08, 2008

UNAI -AMAYA Y JAVIER, SU PADRE.






Esta familia de peregrinos vascos llegaron una tarde del domingo felices y contentos en sus dos bicicletas:Amaya con su papá y Unai en su bicibletita, todos ellos embozados en su traje ciclista oficial, como se puede ver en las fotos. Una estampa tan peculiar no puede pasar desapercibida para la sensibilidad de nadie. Estos pequeños peregrinos están viviendo el camino como almas puras, sin ideas preconcebidas ni planificación de horarios ni metas. Estos son peregrinos inocentes, no llevan las tristemente famosas (si es que alguna vez fueron ciertas) penitencias a cumplir o pecados a expiar. Ellos viven el camino como un descubrimiento constante, no son meros transeúntes que portan una mochila llena de preocupaciones ellos no se pre-ocupan sino que se ocupan en saborear cada momento. Y eso se ve cuando entran en el albergue. Por eso nos encanta recibir niños peregrinos. Ellos nos enseñan la cara amable, feliz e inocente del Camino.



Espero que si dentro de X años regresan aún conserven su desenfado y alegría. Y que su papá lo vea. Bienvenidos siempre Amaya, Unai y JAvier.