SOBRE ARI COJO Y LOS TEMPLARIOS / ABOUT LAME ARI AND TEMPLARS
Ari está cojo. Si me hubiera pedido permiso a mí, su tutor, nunca le habría permitido ir a jugar fútbol a San Pedro de Valderaduey. Pero se escapó sin pedirme permiso... estos críos.... Ahora está cojo. Lo han escayolado y dicen que tiene un esguince. Se nos jodió el ariete. A pesar de todo, el pequeño Ari tacanea con sus muletas de aluminio por la recepción del Albergue haciendo lo que puede. Ari me dijo que quería salir de fiesta el Sábado por la noche. Bien, me pareció, lo eché al coche con sus muletas y lo solté en el bpub "Temple" de Sahagún, a unos 300m del albergue y le dije que aprovechara la circunstancia, que con muletas y escayola se liga más fácil. El tonto de él se marchó sin rotulador.... ¡¡¡¿cómo vas a ligar con escayola y sin rotulador?!!! Claro, hoy por la mañana me venía tan cojo como ayer y sin una sóla firma en la escayola....
Pero a pesar de todo, Ari es un buen templario. Ari, como muchos otros trabaja como templario. Sale con su caballo-vesta color verde hortera y vigila el Camino orientando sabiamente a los atribulados peregrinos. Eso, aparte de otras muchas cosas, es actuar como templario. Amén de las Queimadas enxebres que nos montamos en el Albergue (él con su traje templario prestado). Vamos, que es un templario que se lo curra.
Pero hace un par de días supe de unos sujetos autodenominados templarios. Yo pensé que después de Crónicas Marcianas de mi amigo Sardá y de la galería de freakies de Javier Cárdenas, ya no quedarían muchos freakies pero parece que por el contrario, se van incrementando y van saliendo del armario. Y me contaban de los susodichos templarios con ritos de iniciación, con protocolos y con secretismo y convicción de ser reencarnaciones de personajes famosos y hasta de JC. Y es que con todos estos libros de caballerías que se publican ahora hablando de cálices sagrados, códigos y encomiendas nobles en pos de arcanos tesoros y secretos ancestrales ..¿cómo no va a haber Don Quijotes? Pues sí que los hay. Me consta. A lo mejor el señor que le arregla los papeles de la gestoría o el muchacho que limpia la piscina se transforman por las noches, igual que Batman y libran sus oscuras batallas templarias con sus propios molinos de viento. Que nadie lo dude.
Pero curiosamente, estos frikitemplarios no se les encuentra por el Camino de Santiago echando una mano como mi guerrerillo Ari. Esa es la diferencia entre un templario de verdad y uno de pulp-fiction. Me quedo con el cojo.
Fdo. Germán Vaquero
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